POR: METALMAN
Batman es un personaje muy conocido, del que todo el mundo tiene una idea
preconcebida, muy lejana al comportamiento que mostró en sus inicios. Y es que el
Cruzado de la capa oscura no siempre tuvo ese punto gótico, ni ese “superyó” tan desarrollado. (Siempre he
pensado que Freud fliparía en
colores con Batman)
Es
una opinión muy personal (y 100% criticable, claro), pero siempre he creído que al Batman que todos conocemos (Al actual) le definen realmente dos
autores: Tim Burton (a nivel estético) y Alan Moore (a nivel emocional)…sé que mucha gente se llevará las
manos a la cabeza, pero yo lo concibo así. (Y sí, lo siento por los fans, pero Christopher Nolan no lo ha redefinido,
aun con sus poderosos films…)
El
caso es que este personaje siempre me ha encantado desde el enfoque de Moore, y donde mejor ejemplo veo es en
una obra que le define muy bien: Batman: La broma
asesina (1988).
La
trama de la obra es simple: Joker,
en otro de sus tantos ataques de locura, pretende tenderle una trampa a Batman…aunque en esta ocasión no trata
realmente de acabar con él, sino de demostrarle que la locura, la misma que se
apoderó de su ser, puede contaminar a cualquiera, por culpa de un mal día…
Tras
hacerse con un paupérrimo parque de atracciones y secuestrar al comisario Gordon (además de agredir a su hija, en una escena mítica), el payaso intentará provocar la máxima locura en el mismo…
¿quizá para justificarse?, ¿para pedir perdón?
Ya
os digo que la trama es muy simple, pero puede interpretarse de muchas maneras.
En este brillante cómic, Moore,
acompañado de la brillantez de Brian
Bolland y el genial colorido de John
Higgins, nos presenta a un Batman
interesante y adulto, pero lo muestra a través de su archienemigo más mortal, y
solo a través de este se puede encontrar el mensaje.
¿Cuan
importante es Joker para Batman? (y viceversa), ¿Ha podido el
tiempo convertirlos en algo más que en enemigos?... Estas interesantes preguntas
son el verdadero triunfo de la obra, y las que dejan a años luz a la mayoría de
los cómics del Caballero oscuro (y
eso que hay muchos, muchísimos a destacar).
Es
muy interesante como Moore nos narra
el “nacimiento” del Joker, con
abundantes e interesantes flashbacks
en elegante color sepia, en los cuales también se lanzan preguntas que no son
evidentes, y donde se nos quiere transmitir no solo lo que motivó al Joker a ser como es, sino a compararlo
directamente con Batman, cuyas
vivencias y desgracias pudieron provocar el mismo síntoma… Es más, ¿No será Batman un loco al igual que Joker?
Hay
que decir que, si bien la obra al completo es un tesoro, lo más destacado es su
final, creado de una forma original a rabiar, y que puede descolocar al
principio, pero que resume perfectamente todo lo ocurrido dentro sus páginas y
comprime su potente mensaje: El que no sonría con este final, es que esta hecho
de piedra.
Como
curiosidad, y a pesar de ser una obra elogiada hasta extremos, tanto por
crítica como por público, hay que mencionar el descontento que Moore ha manifestado siempre para con
la misma, considerándola una obra menor dentro de sus trabajos. Moore es un genio, sin duda, pero a
veces apetece darle una ligera bofetada…muy ligera, no os enfadéis.
Quiero
finalizar diciendo que el cómic es una maravilla técnicamente hablando, con
unos diseños geniales y un acabado de lujo, siendo muy colorista pero sumamente
elegante a la vez. Son muy acertadas tanto las poses de Batman como las de Joker.
Una
obra maestra de Moore, y uno de los
cómics básicos de Batman.
9,5/10
Interesante. Mira que yo he leído poco DC..... y que este tiene buena pinta.... y eso que todos sabemos que Allan Moore está loco!!!
ResponderEliminarPues este tienes que leerlo, que es una pasada de Cómic. De mis favoritos de Moore y mi preferido de Batman.
EliminarPienso que el Joker debio morir al final.
ResponderEliminarYo creo que la gracia es que no muera, y que se le vea como un amigo al lado del Joker...después de todo, son algo más que enemigos.
EliminarSaludos!!