POR: METALMAN
El humor, salvo en honrosas excepciones, se convirtió en un género lleno de clichés y de malos chistes retratados una y otra vez, y es curioso, porque ya rota la censura nadie se molestó en cruzar la línea que la delimitaba...hasta que llegó Kevin Smith.
Puede haber sonado demasiado generalizado, y siempre hay que excluir a los grandes comediantes y a sus más significativas obras. Pero, siendo sincero, el arte, la inteligencia o los sentimientos, mezclados con la comedia y salpimentados con clase, dejaban de existir una vez vistas las obras de Woody Allen o de los Spammers de los Python.
Sí, existen obras a parte que pueden ser consideradas como clásicas de su género, como las del genial David Zucker, pero aun siendo divertidas, y muy alocadas, resultaban intrascendentes, y más aun si damos cuenta de que los Monty fueron los padres de esa corriente hiperbólica y sin reglas.
Es realmente curioso como este género se congeló, lejos de evolucionar como sí habían hecho otros durante los 70 y los 80. El cómic se volvió libre y permitió manifestar cualquier deseo o imagen que el dibujante tuviera en mente, y la música igual, con el triunfo de las explicit lyrics...otras formas del cine también se transformaron, y valga como ejemplo el salto entre Flash Gordon (1936) y Odisea 2001 (eso sí que fue una mutación cojonuda).
Pero la comedia se quedó en los Porky´s y en las tan manidas despedidas y juergas universitarias. Insisto en las excepciones, pero era la tónica general: Sexo juvenil mostrado con pudor a través de algún plano de tetas o culos.
El único que rompió las bases, y que lo elevó a un estado cultural más meritorio, fue Allen, (Después del maestro Chaplin, claro está) pero jugando siempre con lo mundano desde un punto de vista, en cierto modo, recatado (escondiendo muchas veces el motivo explícito entre líneas).
Para mi, Smith es el nuevo Allen, cambiando Manhattan por New Jersey y el Blues por el Hockey, pero contando con un factor extra: la plena libertad de expresión.
No en vano es algo lógico y comprensible, ya que el gran Woody comenzó con el humor en los años 50, donde el puritanismo dictatorial y las censuras eran la orden del día. Digamos que tuvo que disfrazar de cultas a sus ocurrencias más transgresoras y enfermizas.
Con Kevin Smith, a través de Clerks, las formas cotidianas del lenguaje, la libertad para cagarse en dios, y las mujeres que hablan con plena naturalidad sobre zampar nabos, se convirtieron en aire fresco. Se rompió esa maldita regla no escrita sobre los topes en las comedias, y se enfatizó en la naturalidad (la forma más explicita de todas) como forma del humor.
En el fondo, Clerks no es más que una explosión de ideas, sentimientos, opiniones y vivencias sin adulterar, contadas desde el punto de vista de dos chavales normales que hablan sin tapujos, y que transforman la más corriente de las realidades en un cuento rockanrolesco de muchos kilates.
Era la muerte de la generación POP (colorista y siempre alineada con las modas) y el nacimiento del sentimiento Punk o Rock, donde cualquier idea buena es válida, por jodidamente bruta que resulte en pantalla.
Smith destapa la sexualidad más vulgar y excitante de la mujer, acompañándola por el modus más primitivo del hombre, que habla de follar aun cuando se refiere a quien ama. Es brillante, y a la vez tan típico como una conversación cualquiera, en cualquier parte del mundo, entre dos adolescentes con un calentón...pero jamás se había enfocado de esa forma, y menos aun mediante un film humorístico.
Toda la película (prácticamente) transcurre dentro del Quick Stop, el lugar donde trabajan los dos protagonistas (Dante y Randal) y en el que darán rienda suelta, mediante conversaciones, a sus inquietudes. No hay apenas gags visuales, o adornos sin un sentido estricto, y toda la acción se muestra desde el guión, de forma literal.
Como película, hablando desde un punto de vista técnico, es una obra menor, pero correcta, ya que se suma el limitado presupuesto (no llegaba a los 30.000 dólares) y la inexperiencia del director.
Aun con todo, resulta elegante, y juega rematadamente bien con los pocos recursos de los que dispone. En realidad no importa mucho la forma en la que luce, ya que el mérito y la verdadera obra maestra se encuentra en ese estupendo guión, lleno de caos y de ideas cafres, además de aportar un punto de realismo no visible hasta el final e inclusive dando cabida al amor (en el fondo, tal y como sucede también con Allen, las obras de Smith siempre tratan de la relación entre personas, y coquetean con el romance y el sexo).
Mención especial para los dos protas: Brian O´halloran y Jeff Anderson (este último sobre todo), que resultan creíbles en todo momento.
Es el film en el que se estrenaron Jay y Bob el silencioso, aunque es también, de lejos, el más contenido de todos.
Clerks es una historia mundana contada de una forma jamás antes vista, y puede considerarse como una de las películas más importantes de los 90 (1994). Si no la has visto estás tardando, porque es una obra de culto en toda regla. Mejor que Mallrats (que es muy graciosa, pero parte de su humor ya cuenta con gags) y peor que Clerks 2, Persiguiendo a Amy o que Dogma, que para mi son las tres grandes de este estupendo director (sin desmerecer a ninguna, en realidad). (No los he citado, y creo que es necesario: Smith es, junto a los Farrelly, lo mejor que le ha pasado a la comedia desde los 90)
30.000 dólares pagados por el propio Smith con tarjétas de crédito y venta de colecciones de cómics. Muchas ideas... un gran guión... muchos "cojones".
ResponderEliminarClerks es cine "indie" de verdad. Pura indepencia. Y una de las primeras películas (sino la primera...) que habla en el lenguaje de los que en realidad siempre hemos vivido y trabajdo en un Quick Stop (los marginados de toda la vida, vamos).
A mi también me gustan más otras películas de Kevin Smith. Clerks es más un experimento (o una presentación que una película en sí misma) pero es un experimento que funciona.
Además... ser tu la polla número 37 que tu novia se mete en la boca, seamos sinceros... todos nos encabronaríamos.
Yo es que creo que todo el cine de Smith es indie, porque es auténtico. No sabía lo de los cómics, pero me alegro de que lo hiciera. Es una obra maestra moderna.
EliminarA mi se sigue pareciendo una peli grandiosa... por lo que supuso y porque todavia hoy sigue estando a la altura.
ResponderEliminarY en esa triada de mejores pelis la pondria mucho antes que Persiguiendo a Amy, sin duda alguna!
Y por si no lo conocías te recomiendo la nueva genialidad de Smith: Comic Book Men, una especie de reality en una tienda de comics que tiene en su barrio en Jersey, regentada por sus colegas... horas de carcajadas frikis garantizadas (y mucho sentimiento de culpa por sentirse demasiado reconocido en esos tipos...)
Pues no lo conocía, pero pienso darle un tiento! Respecto a Chasing Amy...yo me veo más a menudo Clerks, pero creo que a nivel artístico, de guión y de mensaje, Amy es mucho más película...ahora bien, ninguna peli suya me merece una mala crítica, al menos hasta Clerks II y restando de la ecuación a Jersey Girl.
EliminarUn abrazo Kike!