POR: METALMAN
Si algo nos ha demostrado Sega, a lo largo de los años, es que son muy dados a crear personajes sugerentes (con juegazos de por medio) y a olvidarse de ellos más tarde, como si fueran pixels sin espíritu…
El caso de Ristar es uno entre tantos (Alex Kidd, Kid chamaleon, Opa Opa, Sketch Turner...), pues la afamada compañía del erizo azul creó un personaje singular y carismático, envuelto dentro de un juego de esos que marcan época, con unas calidades técnicas y jugables de muy alto nivel, sin nada que envidiarles a las mejores aventuras de Sonic.
Ristar siempre ha sido una de las joyas más infravaloras dentro del abundante catálogo de Megadrive, siendo uno de los juegos más bellos del sistema, gracias a mostrarse a través de una paleta de color muy suave, de unos diseños geniales y de una calidad de efectos realmente destacables, a parte de contar con un apartado sonoro bastante bueno.
Sus múltiples capas de scroll, sus efectos de distorsión, la magnitud de algunos sprites y, sobre todo, el genial concepto de lo que se muestra en pantalla, lo convierten en uno de los trabajos más meritorios de su época.
Ristar siempre ha sido una de las joyas más infravaloras dentro del abundante catálogo de Megadrive, siendo uno de los juegos más bellos del sistema, gracias a mostrarse a través de una paleta de color muy suave, de unos diseños geniales y de una calidad de efectos realmente destacables, a parte de contar con un apartado sonoro bastante bueno.
Sus múltiples capas de scroll, sus efectos de distorsión, la magnitud de algunos sprites y, sobre todo, el genial concepto de lo que se muestra en pantalla, lo convierten en uno de los trabajos más meritorios de su época.
La trama de Ristar nos cuenta cómo, en un universo muy distante, un malvado pirata llamado Greedy se apodera de las mentes de los gobernadores planetarios que componen este sistema.
Los habitantes de los mismos, antes de ser sometidos a este nuevo orden, les lanzan plegarias a las estrellas buscando su ayuda, resultando en la escucha de las mismas por parte de Ristar, el hijo del héroe.
Su padre, en paradero desconocido, no responde ante la llamada de auxilio, y la joven estrella decide tomar cartas en su nombre.
En algunas de sus fases nos toparemos con desafíos bastante originales, en situaciones que nos obligarán a usar la memoria (destruir a una serie de enemigos recordando un orden determinado, por ejemplo) e inclusive la lógica a la hora de sortear ciertos obstáculos.
Los jefes finales son memorables (aunque no muy difíciles) y cuentan con unas rutinas bastante novedosas y hasta cierto punto sorprendentes. Es una pena que no sean más desafiantes pero, aun con su accesibilidad, resultan geniales.
Ristar cuenta con 19 fases (6 mundos con 3 sub-niveles cada uno y un enfrentamiento final), repartidas en seis planetas diferentes, lo que proporciona una duración bastante aceptable. Imitando a Sonic en sus niveles (con la búsqueda de las gemas), en este juego podremos acceder (si encontramos las “lanzaderas” ocultas) a una serie de pantallas de bonus bastante divertidas, en las que se nos propondrá superar una serie de obstáculos a contra-reloj, hasta alcanzar un tesoro secreto.
Ristar contiene una curva de dificultad constante, pero que no se hace palpable hasta el tercer acto, en donde nos daremos cuenta que su aparente facilidad era un simple engaño. No es el juego más difícil del sistema, pero al menos nos ofrece un desafío en “crescendo”.
A nivel sonoro nos encontramos con otra alegría más, pues aunque el título no cuenta con la majestuosidad pegadiza de los temas de Sonic, por ejemplo, sí que se acerca bastante, aportando unas melodías muy alegres durante toda la aventura. Sus FX son muy correctos, a lo que hay que sumarle la calidad de reproducción de los mismos, usando de una manera muy agradable el limitado chip sonoro de Megadrive.
Existen sutiles diferencias entre la versión japonesa y el resto, variando el nombre y el aspecto de algunos personajes. El final también es distinto, a consecuencia de estas ligeras alteraciones.
En cualquier caso, hay que pensar que dentro de Sega era bastante común fusionar equipos de desarrollo para ciertos proyectos, así como también se debe entender que Ristar, inicialmente, partía de las ideas desechadas en la creación de Sonic, donde sí que influyó el Sonic Team...
No esta claro del todo, y tampoco ayuda el hecho de que el afamado equipo de desarrollo no esté acreditado en el juego y tan siquiera aparezca en la caja o en el manual...Cualquier fuente (hasta las más fiables) lo dan por válido, pero el logo de Sega Enterpises es lo único que aparecerá en el título. (Y que conste que inclusive yo mismo lo he dado por bueno durante mucho tiempo, hasta que conseguí el original).
Ristar es variado, bonito y jugablemente delicioso, lo que le convierte en un auténtico must have dentro de su plataforma y en uno de los mejores de su género.
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