miércoles, 11 de febrero de 2015

JEDI KNIGHT: JEDI ACADEMY


POR: METALMAN


Jedi Outcast fue todo un triunfo para Raven Software y una alegría dentro de Lucas arts, pero continuarlo no iba a ser tarea fácil, porque los tiempos estaban cambiando y las audiencias pedían ya otras cosas...

Outcast siempre será recordado como uno de los últimos grandes FPS de la vieja escuela: mapas laberínticos, llaves de colores, puzzles y saltos terroríficos. Nada tiene que ver la dificultad con la calidad real de un juego, pero los gustos de la mayoría, ya inmersos en plena sexta generación, eran otros.

La tendencia, por aquel entonces, ya empezaba a ser la de construir retos más guiados y amigables, experiencias más cinemáticas y entornos más lineales. Se le empezó a tener miedo al usuario, y es por eso que las compañías (en gran medida) dejaron de lado a los "Brain Killers".

No es que los juegos pasasen, de inmediato, a ser para nuevas audiencias, pero se empezó a medir con mucho énfasis hasta dónde se podía llegar en temas de dificultad. Tampoco nos engañemos: los tiempos de NES y de su extraño e injusto balance ya habían pasado, y aun con una dificultad exigente, prácticamente cualquier título podía finalizarse.


Jedi Academy sufrió ese cambio, transformándose en un juego más cercano y liviano, para todos los públicos. Y le sentó bien en ciertos aspectos, porque la realidad es que su anterior entrega se pasó en determinados momentos. Pero es un buen ejemplo del cambio, aun pudiéndose justificar.

Los mapas enrevesados desaparecieron, y los "saltos de fe" también. La IA, que ya era algo regulera en el original, fue a menos, y el desarrollo general de sus niveles se convirtió en lineal (al menos, al compararlo contra su hermano mayor).

Lo bueno de todo este asunto es que Academy se sintió totalmente diferente de sus pre-cuelas, por lo que resultó en un soplo de aire fresco. Era más sencillo, sí, y bastante menos sesudo, también, pero estaba balanceado y supo sorprender. (Que fuera más sencillo no lo convierte en un paseo, ojo).

Por un lado, porque su desarrollo era infinitamente más variado que cualquier otro de la serie, ya que contaba con hasta 16 ambientaciones diferentes a lo largo de más de 20 misiones. Por el otro: porque ya no se trataba de ir avanzando por una sucesión de pantallas inamovibles, ya que aquí elegíamos entre cinco fases posibles (y cuando las terminábamos, entre otras cinco...y así hasta el final).


Es decir, se bajó la dificultad y se eliminaron los mapeados laberínticos o con secciones extremadamente engañosas, pero se prolongó en longitud real. El juego podía durar entre 15 y 20 horas (vamos, tres veces más que cualquier shooter moderno).

Katarn dejó de ser el protagonista principal, y se convirtió, junto al gran Luke Skywalker, en el secundario con más peso en la trama. En maestro de Jedis. Nosotros pasábamos a ser un nuevo discípulo dentro de la academia de Yavin.

La historia no era muy buena, la verdad, y resultó inclusive más disparatada en la versión doblada al castellano, por culpa de un trabajo muy mejorable (los tonos empleados, ciertos términos y muy poco amor de por medio, convirtieron sus diálogos en algo cercano a la vergüenza).

Quedaba compensado, en parte, gracias a la multitud de opciones de nuevo cuño que incorporaba el título: elección de sables (empuñadura, color...), distintos tipos de lucha personalizables, variadas vestimentas y distintas razas para dar forma a nuestro personaje, además de nuevos poderes y alguna que otra pequeñez.


Y es que Jedi Academy se convirtió en un juego fraccionado, porque tenía tantas cosas buenas como malas, y tantas novedades como atributos clásicos. La variedad de fases (algunas eran tremendas) y la personalización estaban en el lado bueno, junto con una mejora importante en relación al gameplay (las luchas con sables eran aun mejores que en Outcast), pero su pobre historia y la regulera IA estaban en la otra, junto al triste doblaje.

En la zona intermedia se encontraba su plano gráfico, que era superior en animaciones (no por mucho), calidad de iluminación y tamaño de texturas (muy bonitas). En líneas generales lucía bastante bien, sobre todo para tratarse del mismo engine gráfico (de nuevo, Quake III: Arena). Las sombras fueron otra de las mejoras, y el efecto "glare" (que se puso muy de moda por aquellos años) le sentó de perlas.

Ya no resultaba tan puntero como Outcast, pero mentiría si os dijese que era un juego feo. Mantuvo muy bien el tipo, y solo falló en determinados niveles, por culpa de un diseño mejorable, que en nada tenía que ver con la potencia o calidad del motor. Igual que os digo una cosa os digo otra: alguna fases eran despampanantes, y no resulta raro encontrarse hasta con 20 enemigos en pantalla (en el último tramo) y con algunos descomunales y realmente bien texturizados (caso de "los" Rancors).

El primero, por ejemplo, es muy criticable en términos generales (de diseño), mientras que el del tren de alta velocidad sería su contrapunto...insisto, era un juego fraccionado.


Divertido y duradero, bonito y con la sonoridad (BSO y FX) de siempre, variado y más amigable, pero con esa fea IA, ese maldito doblaje y un diseño irregular. Sin olvidarnos de su guión...

En conjunto se puede hablar de un buen juego, pero quiero incidir en que posiblemente os gusten unas cosas más que otras. Al final, una vez completado, la sensación es muy buena, y resulta placentero, como ya os adelantaba, porque termina por resultar fresco y muy distinto al resto de capítulos. Con sus más y con sus menos, pero conseguido en su mayoría.

Existió un port para Xbox, menos conseguido que el de su anterior entrega, pero bastante recomendable si os gusta la serie. El framerate resultó muy variable, y las calidades de PC menguaron bastante (aunque fuese un motor gráfico desfasado, en Raven Software le añadieron rutinas de todo tipo, por lo que resultaba algo más exigente que en su anterior versión).

No quiero olvidarme, para finalizar, de la tremenda variedad de enemigos que se diseñaron, y de la inclusión de vehículos, que le añadían aun más variedad al conjunto.


Tiene algunas misiones impagables dentro de la saga, y cuenta con todo el buen hacer de Raven. No llegó a ser tan mítico como Outcast, pero estuvo cerca... Su multijugador, en pleno 2015, sigue funcionando y es uno de los favoritos entre los seguidores de la saga cinematográfica (y estamos hablando de un juego de 2003). 

Aun con sus taras: altamente recomendable.


2 comentarios:

  1. Desde luego no es tan exigente como el anterior, pero sigue siendo uno de los juegos más divertidos de Star Wars... Y no sabia que su multijugador sigue funcionando, me parece increíble, pero tampoco sorprende, yo es de los online que mas he disfrutado.

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    1. A mi es un juego que me gusta bastante, pero en el que unas misiones me molan mucho más que otras, y en el que la historia principal no estaba muy currada. Pero es un juego bastante chulo. En realidad se agradece que no fuese tan chungo como el Outcast.

      Saludos Adrian!

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