SUPER ALESTE

POR: METALMAN

(Revisión 3.0)

La saga Aleste nos es relativamente desconocida (a los europeos), y aunque se prodigó bastante dentro de los sistemas 8/16 Bit de Sega, jamás llegó a un público mayoritario...en cualquier caso, Snes recibió la mejor de sus entregas. Veamos sus virtudes: 

A pesar de que Super Nintendo es un sistema plagado de joyas, siempre hay títulos a destacar, y en esta ocasión nos encontramos ante uno de ellos: Super Aleste, también conocido bajo el título de Space Mega-force (USA).

Estamos ante un estupendo shoot´em up programado por Compile, empresa que cuenta en su haber con trabajos de la talla de Gunhead (Blazing Lazers), Musha o Robo Aleste, entre muchos otros. Si habéis tenido la oportunidad de jugar con el maravilloso Gunhead de PC-Engine, Super Aleste puede resultaros bastante familiar en no pocos aspectos, pues aun sin nombrarse con el mismo título, se puede considerar abiertamente como una continuación.

Hablamos de un juego imprescindible dentro de su sistema (con muy pocos títulos realmente buenos del género) que puede calificarse como una auténtica joya en versión lúdica, y es que resulta impresionante, aun a día de hoy, contemplar a semejante bestia del entretenimiento, pues Super Aleste es un producto redondo, donde todo, absolutamente todo, es destacable.

Empezando por su realización técnica os diré que creo, sinceramente, que son muy pocos los títulos demandantes de un uso tan exhaustivo de procesado en Super Nintendo, ejecutando a la vez múltiples planos de scroll, deformaciones en tiempo real, re-escalado a velocidad de vértigo (mediante el uso del afamado MD-7), mostrando sprites gigantescos por doquier, cientos de enemigos en pantalla, explosiones, disparos, transparencias…en fin, un delirio técnico más propio de máquinas como Neo Geo que de una “lenta” Super Nintendo.

La verdad es que los programadores de Compile estudiaron a fondo la máquina, pues es increíble lo que puede llegar a mostrar este juego en pantalla, sin dar síntoma alguno de ralentizaciones. Mención especial para algunos final Bosses, que llenarán la pantalla de técnica y de diseño a partes iguales, deleitándonos con los mejores efectos de distorsión jamás presenciados dentro del "Cerebro de la bestia".

Es bien sabido que la máquina 16 Bits de Nintendo fue duramente criticada durante sus inicios, debido a la baja velocidad que ostentaba el procesador principal. Estábamos en un momento en el que los chips dedicados no eran la tónica general y la CPU solía encargarse de la parte en bruto, por lo que a primera vista competía en desventaja frente a otras máquinas más veloces...lo cierto es que la inclusión de esos "micros" dedicados a tareas específicas la convirtieron en un producto superior, pero había que aprender a usarlos. Es importante recordar que Snes fue la primera videoconsola con este concepto de hardware "distribuido". 

Volviendo al juego, si en temas gráficos se puede calificar de impresionante, cuando hablamos de su apartado de audio no nos distanciamos en exceso, pues la banda sonora del título es brutal, conteniendo una variedad de estilos que casan al 100% con la acción mostrada, pudiendo encontrar desde temas inspirados en la música New age, hasta ritmos rapidísimos más propios del Metal, e incluso albergando piezas de música con clara inspiración Techno. Aun pudiendo resultar en una extraña mezcla, todas van acorde, destilando un buen hacer impresionante y convirtiéndose, por méritos propios, en una de las mejores BSO del sistema.

Con los FX sucede exactamente igual, pues desde la voz que nos informa del arma adquirida, hasta la explosión más reverberante, todas son dignas de llamar la atención...eso sí (y por poner algún pero), algunas voces suenan demasiado distorsionadas, aun siendo un reproche bastante exigente...pero bueno, no hay que olvidarse de que esto no es un cartucho de MVS, aquí había que comprimir los sonidos para no encarecer el producto.

Super Aleste nos invitará a recorrer sus “12 fases”, suponiendo un número muy por encima de la media (el doble que en Axelay, por ejemplo),  contando todas ellas con un acabado de diseño a la par que su aspecto técnico y sonoro. No hay ninguna fase desechable, todas son igual de trepidantes y en cada una encontraremos obstáculos propios, lo que le otorga un aire de frescura en cada nivel.

Ante esto último, y por dejarlo en claro, hay que resaltar las peculiaridades de cada escenario, encontrando obstáculos propios y muy bien diferenciados, como en el caso de ciertas rocas que han de eliminarse en un orden lógico, de la destrucción de ciertas partes de las fases de bonus (si no las destruimos, impactamos contra ellas, y son pantallas con scroll forzado) o de la exigencia de limpiar ciertas pantallas antes de acceder al enfrentamiento contra el boss de turno (el nivel de la estación espacial, con su imborrable zoom constante para el recuerdo, requiere que lo recorramos una y otra vez hasta limpiarlo de enemigos menores). 

Mientras que las versiones NTSC-USA y PAL comparten un 99% de similitud (el 1% restante son diferencias en algunos textos de la trama), la edición japonesa cuenta con un mayor número de pantallas, al aportar niveles de bonus tras cada fase principal. Otra de sus diferencias se encuentra en el final, que dura aproximadamente el doble, mostrando algunas imágenes no incluidas en el resto de cartuchos. Esto incide de forma directa en la duración, y sirvió, exclusivamente, para privar al resto de los mercados de una buena parte del disfrute del cartucho. Obligatorio hacerse con un cartucho japonés.

La selección de armas es de lo mejorcito dentro del género, aportando “8 tipos” de disparo diferentes, con “2 modos de uso” y ampliables en “6 niveles cada uno”…no existe nada igual (por lo menos en 16Bits), y si además le sumamos que algunos de ellos son sencillamente impresionantes (como el disparo de esferas, o el eléctrico, sacado de Gunhead), además de suponer todo un espectáculo pocas veces presenciado en un juego para consolas, solo podemos decir: chapeau!!

Super Aleste cuenta con un balance de dificultad muy apropiado, pero como en todo juego de naves con power ups que se precie, dependerá mucho del disparo elegido y de que no nos lo quiten en el momento más inesperado. Es curioso, y siempre ha sido un aspecto que me enamora, que cuando poseemos cierta potencia de fuego a un buen nivel, nos vemos obligados a dedicar parte de los reflejos a esquivar los power ups que no nos interesan, convirtiéndolos, de esa forma, casi en otro enemigo más.

Cada vez que nos alcance el fuego enemigo perderemos potencia de disparo (hasta dejarnos en el mínimo) y después de tres toques: “muerte mortal” y a empezar de nuevo (en el mismo punto las tres primeras vidas o naves extras, el resto desde el inicio de la fase).

Para los que se ventilen el modo normal sin demasiado esfuerzo, los chicos de Compile han creado un modo especial con solo 3 vidas, que supone todo un reto muy a tener en cuenta, inclusive hasta para el más valiente.

Todo en este juego es inmenso en comparación con los de su género/generación: Mayor potencia gráfica, calidad superior de acompañamiento sonoro, mayor duración, más amplia selección de disparos y de power ups…todo multiplicado!

Fue un juego que, inexplicablemente, en su día pasó sin pena ni gloria, desapercibido para el gran público y, muy posiblemente, oculto entre la marabunta de "triples A" que aparecían constantemente para el sistema. En cualquier caso, es un indispensable para Super Nintendo.

Si no has jugado a este juego: corre ahora mismo a comprarlo. Es bueno, bonito y barato, pues por apenas 30/40€ lo puedes encontrar “full equip”, con caja y manual…(suerte que sea un juego poco conocido, o costaría el triple).

EL JUEGO DE NAVES MÁS IMPRESIONANTE (junto a Thunder Force IV) APARECIDO EN LA ERA DE LAS CONSOLAS 16 BITS (si te gustan R-type III, Axelay, Parodius o cualquier título de calidad semejante, este juego es para ti) (Quiero dejar constancia de algo importante: Neo Geo, aun contando como un sistema de sobremesa de 16Bits, no es percibida por mi persona como una videoconsola, sino como un sistema recreativo, así que no entra en comparaciones).

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