viernes, 24 de octubre de 2014

THE ZERO THEOREM


POR: METALMAN

Cuando ves una película de David Lynch, de Terry Gilliam o de cualquier director similar, tienes que estar predispuesto a que se de un caso excepcional: que no entiendas la obra en su totalidad...o que tras visionarla varias veces llegues a distintas conclusiones...

Que el cine es arte los sabemos todos, o mejor dicho: lo tenemos asumido, porque alguien, seguramente con un criterio aceptado, así nos lo dio a entender. La pregunta siguiente (la primera no está escrita, pero seguro que en vuestra cabeza ya sonó) , y esta es más difícil, sería en relación a si también es cultura.

Supongamos que se puede dar por afirmativa, aunque no en todos los casos. Algunas sirven para matar el tiempo, otras para soñar y el resto para descubrir información interesante. Las que menos, y no están incluidas en las divisiones anteriores, hasta nos hacen pensar, discurrir, plantear y divagar. The Zero Theorem es una de ellas, y si aun tienes dudas existenciales, o de cualquier otro tipo, no te las va a contestar.

Es raro, ¿verdad? Es lógico, es Terry Gilliam, y él no sabe tanto como para darte esas respuestas, pero sabe jugar a provocarte, para que tú las des vueltas.  


¿Existimos realmente?, ¿pudo no haber nada en un principio?, ¿somos dueños de nuestros actos y de nuestros pensamientos?, ¿lo virtual puede ser tan tangible y sólido como lo real?, ¿existe dios? ¿estamos adoctrinados?, ¿controlados?, ¿somos correspondidos, o manipulados?, ¿el universo está auto-programado para su obsolescencia?, ¿hay vida después de la muerte?, ¿somos esclavos de la tecnología?, ¿nos estamos olvidando de la realidad por culpa de lo artificial?...podría redactar doscientas preguntas más, y aun con ello no hubiese logrado ni tan siquiera resumir la mitad de cosas que esconde este brillante film

Es ahora cuando algunos se asustan y saben, a ciencia cierta, que esto no es para ellos (porque no es lo que buscan en una película, simplemente), y también el momento en el que otros se sienten tentados. Es por ello que os doy un aviso: si os lanzáis a verla no esperéis a que llegue el final para que todo cobre sentido...

Es más, no lo enfoquéis como si fuese un simple metraje, y pensad en ello como si de un puzzle se tratase: Examinad los escenarios, buscarle un segundo sentido a las palabras, y dar por hecho que todo lo que vais a ver está colocado con un pensamiento en mente.

Si solo miras la pantalla, y si lo único que esperas es un desenlace, no tendrá sentido alguno. De tenerlo, tan solo será un aviso combativo y bastante radical, muy acorde a nuestros tiempos y terroríficamente cierto (que le da sentido al caos real, pero no al film...).


No se puede hablar de su trama, y tampoco de su guión...no se deben dar pistas sobre los lugares o momentos que esconden las preguntas más interesantes, y ha de bastar con esta simple explicación.

La magia de The zero Theorem es que nunca sabrás, con plena exactitud, si diste en el clavo o te pasaste de listo, y es una película perfecta para comentar, para hablar con alguien sobre sus secretos, sobre sus interpretaciones y sobre su contenido en general. 

Necesitarás hablar de ello, porque al igual que el film busca respuestas, tú también lo harás, y esa es su miga y lo que la diferencia de tantas otras. No es complicada, no os asustéis tanto, simplemente es fácil de interpretar, de re-interpretar o de mostrar varias facetas a la vez.

Y si tras verla no llegáis a mis conclusiones, no es porque os haya engañado...


Películas buenas he visto muchas, y en plan culturetas otras tantas, pero ninguna había conseguido hacerme sentir tan inteligente, aun encontrándome con que tenía más preguntas que respuestas, pero asumiendo a la vez que ese era el objetivo, y que el final lo pongo yo.

Es posible que sea debido a la forma del cine actual, alejado de complejidades y muy centrado en super-héroes, super-cómicos y super-vampiros brillantes del amor hermoso...y esto no está mal, ciertamente, pero el abuso acaba por hartar, y da igual el sabor. Puede que destaque por eso, o puede que no, pero es brillante en cualquiera de los casos, y diferente, muy diferente.

He sentido bastante pena, y un poco de desolación, al ver que en ciertos rankings no llega ni al 50% de aprobación, y eso me reafirma aun más: solo esperaban a que llegase el final y a que alguien les resumiera lo acontecido, con una simple explicación...sin darse cuenta de que no tiene por qué tenerla.

Os pediría, si no es mucha molestia, que no lo entendierais como si fuese el texto de un gafapastas que va de culto, de listo y que insinúa que con sus cuatro ojos ve más que todos vosotros juntos, porque no es así, y baste con mencionar que antes de esta me comí un bol de palomitas disfrutando, como un auténtico hijo de la gran puta, con Los surfistas Nazis deben morir...


En fin, solo me queda darle las gracias al señor Gilliam, por hacerme pensar, y por conseguir que le preste una atención inaudita a un film en el que no hay explosiones, ni peleas, ni persecuciones, ni vampiros de Swarovski...


2 comentarios:

  1. Ah! Aún no puedo leer tu review... tengo la peli en mi ordenador LISTA para verla en cuanto tenga dos horas tranquilas en las que sepa que no voy a dormirme (con niños eso no ocurre con tanta frecuencia, jajajaja).

    Tengo GANAS MIL de verla!!! (pedazo de reparto y de pintaza).

    Por cierto, Rocío y yo nos escapamos hace un mes a un cine a ver vía satélite y en directo el último espectáculo que hicieron los Monty Python este verano (de despedida final). Casi me muero ahogado de la risa!!! Por supuesto, el más loco de todos: Mr. Terry Guilliam!!!!

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    1. Creo que voy a ser de los pocos que la aman...espero equivocarme, claro.

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