En 1989 aparecía, para los sistemas Amiga y Atari ST, un juego de esos que terminan por convertirse en leyenda, gracias a un derroche de simpatía sin igual y a un estilo de gameplay rematadamente divertido: North & South.
Pipe Dream, Tetris, Block Out, Atomino, Sokoban...hasta bien entrados los 90 se dio un boom bastante interesante en torno a los juegos cerebrales, aunque duró poco, convirtiéndose en un género tan secundario que hasta cuesta nombrar títulos modernos.
En un tiempo en el que los ordenadores de 8bits reinaban, existió un programador llamado Geoff Crammond, que tuvo la osadía y el valor suficiente como para valerse de sus limitados procesadores para intentar aportar realismo a los videojuegos...