Aun con censuras absurdas de por medio, Zombies Ate My Neighbors fue un juego que caló bastante entre el público, tanto por su acertado diseño, inspirado en el cine de terror de serie B, como por su propuesta jugable, heredera directa de clásicos como Gaunlet.
Las historias de fantasmas no se prodigan demasiado dentro del videojuego, y es por eso que las pocas existentes tienen un carisma especial y un toque de autenticidad muy marcado.