No tuvo muy buena publicidad, y posiblemente la crítica se cebó en exceso con él, pero sigue siendo uno de los juegos más peculiares de Gamecube y de Nintendo, a la par que un buen título basado en historias de fantasmas.
Las historias de fantasmas no se prodigan demasiado dentro del videojuego, y es por eso que las pocas existentes tienen un carisma especial y un toque de autenticidad muy marcado.