POR: METALMAN
Nos encontramos ante el tercer capítulo de la saga Ninja por
excelencia, siendo un port que, si bien no luce a nivel gráfico como su primera parte
en Lynx, claramente la supera en otros muchos aspectos.
En primer lugar me centraré en el defecto más pronunciado del juego: El tamaño de los sprites. Aun luciendo con una nitidez como pocos títulos
de Lynx, su baja resolución crea, junto a la limitada paleta de colores utilizada, una extraña
confusión en momentos determinados, encontrando la molestia más pronunciada en la dificultad para poder distinguir los items.